Resumen | Artículo | |
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Resumen
Nos encontramos ante una situación realmente paradójica. Ha crecido la conciencia de la necesidad de una profunda reforma democrática del Estado; aun así la parte activa de la sociedad que podría impulsarla se encuentra desilusionada, desgastada, fragmentada y pasiva. Ciertamente una auténtica reforma del Estado no saldrá de parciales arreglos entre los partidos, ni sólo de las elites. Si desde una sociedad plural y activa no se impulsa dicha reforma seguirá siendo abortada por los intereses de los poderes fácticos y por una partidocracia miope alejada de los reales intereses de las mayorías.