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Cruz Rueda, E. (2024). Reseña del libro La Frailesca, “el granero de Chiapas”: destrozos y alternativas. LiminaR. Estudios Sociales Y Humanísticos, 22(1), 6. https://doi.org/10.29043/liminar.v22i1.1034

Resumen

El presente texto es una reseña sobre el libro La Frailesca, “el granero de Chiapas”: destrozos y alternativas (2023), coordinado y editado por A. González Cabañas y H. Fletes Ocón.


Presentación de la obra

A partir de la orientación que Alma Amalia González Cabañas, Héctor B. Fletes Ocón y Ronald Nigh (2023) dan mediante el breve recuento de los capítulos que integran el libro que aquí se reseña, puede distinguirse un eje en La Frailesca, “el granero de Chiapas”: destrozos y alternativas: la relación de economía, agricultura, alimentación y mercado global que articula los distintos enfoques. Nos llama la atención el primer subtítulo de la Introducción: “La Frailesca: un mundo al revés”. Entendemos este revés como producto de que antes de la intervención de la Revolución Verde se producía y consumía lo que guardaba la región en su diversidad biótica, haciendo posible que el campesino y su familia se sostuvieran económica y alimentariamente. Con dicha Revolución se reconfigura esa dinámica. Se presiona el entorno regional a producir más -de manera industrial- e introducir actividades productivas que históricamente no eran endémicas -por decirlo de alguna manera-, afectando la fertilidad de la tierra. De igual forma, el mundo al revés se puede entender en el sentido de la aparente paradoja de producir y a la vez conservar el entorno ecológico, siendo lo primero lo que marca el ritmo de lo segundo. Nosotros postulamos que no hay tal paradoja, más adelante abundamos.

El libro puede entenderse en tres partes. La primera parte está integrada por los capítulos 1: “Una aproximación a La Frailesca. Caminando se hace historia y se comprende el paisaje”, escrito por Hugo A. Pizaña Vidal, Alma Amalia González Cabañas y Juan Carlos Caballero Salinas. El capítulo 2: “Indios, dominicos y finqueros en La Frailesca de Chiapa (siglos XVI-XIX)”, escrito por Óscar Javier Barrera Aguilera. Y el capítulo 3: “Actores que facilitan la innovación en La Frailesca chiapaneca: el caso de la Red de Estudios para el Desarrollo Rural A. C.”, de Francisco Guevara, María de los Ángeles Fonseca, Manuel Alejandro La O, Jesús Ovando Cruz y Luis Alfredo Rodríguez. Estos capítulos se centran en la caracterización histórica, paisajística, ecológica, agrícola y productiva de la región Frailesca, denominada así por la presencia y control de los frailes dominicos durante el periodo colonial. Los autores de la introducción (González, Fletes y Nigh) explican en página 15, que aun cuando se dio la desamortización de los bienes de la iglesia, en la Frailesca se mantuvieron las haciendas hasta bien entrado el siglo XIX. Introducen al meollo de la cuestión de lo que ha representado la Revolución Verde, nombrando a la región como el Granero de Chiapas. Nos muestran la transformación o transmutación en la vocación agrícola de la región con el decaimiento de la producción de maíz y el aumento de actores corporativos del agronegocio, pasando por el aumento de la ganadería extensiva. Ilustran su exposición y argumentación con mapas de ubicación de la zona, pero también del reparto agrario (p. 50), lo que nos permite visualizar justamente cómo se entiende la región desde el punto de vista geográfico y de demarcación administrativa municipal y agraria. Vale señalar que en el capítulo 5: “Reconfiguración socioproductiva actual de las familias maiceras chiapanecas en la región Frailesca”, también se nos ofrecen datos socioeconómicos, geográficos y climáticos que caracterizan a la región.

La segunda parte se integra por el capítulo 4: “Los maiceros. Proceso de exclusión y sus alternativas agroecológicas”, de Hugo A. Pizaña Vidal, Héctor B. Fletes Ocón, Alma Amalia González Cabañas y Juan Carlos Caballero Salinas; el capítulo 5: “Reconfiguración socioproductiva actual de las familias maiceras chiapanecas en la región Frailesca”, de Iliana Arias Yero, Francisco Guevara Hernández, Manuel Alejandro La O Arias, Julio Díaz José, Franklin B. Martínez Aguilar y Pedro Cadena Íñiguez; el capítulo 6: “Una empresa familiar sustentable e innovadora en una región degradada”, de Humberto González Chávez y Alma Amalia González Cabañas; y el capítulo 7: “Reconfiguración agroecológica por fruticultores en La Frailesca. Experiencias y retos en torno al mango Ataúlfo”, de Héctor B. Fletes Ocón.

Los conceptos centrales en esta segunda parte son justamente, reconfiguración e innovación, que en la exposición de los y las autores y autoras destacan la agencia de los actores locales, sobre todo los productores.

La tercera parte se integra por el capítulo 8: “Políticas ambientales con el enfoque «ganarganar» en la reserva de la biosfera La Sepultura”, escrito por Juan Carlos Caballero Salinas y Perla Vargas Vencis. Este trabajo que se centra en productores de palma camedor, chamaedora quetzalteca. El capítulo 9: “Mercados locales, un comienzo”, de Alma Amalia González Cabañas y Ronald Nigh. Y el capítulo 10: “Agroecología y economía: crónica de un encuentro problemático”, de Thierry Linck.

El capítulo 9 es de nuestros favoritos, pues los autores incluyeron muchos testimonios de los actores locales, así como la descripción de las relaciones sociales y económicas que contextualizan esos testimonios y que hacen posible que los lectores y lectoras nos acerquemos, tal vez, a la idiosincrasia de los actores, en este caso, culinarios: clientes, comensales y comientes. Refieren las preferencias de sabores y de alimentos de clientes y comientes, para seleccionar y comprar distintos productos, centrándose en los consumidores de carne y pollo. De igual forma, describen el proceso organizativo en torno al establecimiento de un mercadito de comida sana y cercana, evocando el ejemplo que existe en San Cristóbal de las Casas, que de manera familiar denominamos Tianguisito agroecológico.

A partir de casos concretos y entrevistas, se muestra la relación entre innovación productiva agroecológica, con la educación degustativa de clientes y comientes que aumenta, si no su poder de demanda de productos de calidad, sí su poder de discernimiento entre los productos y alimentos de calidad con los que no lo son. Y esto, frente a lo aceptado como común o tradicional, como el sabor de la carne y lácteos con el toque a sabor de pollinácia o gallinácea, que indudablemente será rechazado, al ser educado el paladar, sobre todo, al tomar conciencia de los procesos de producción y de lo que se utiliza para alimentar animales y, cultivar los frutos y hortalizas.

El capítulo 10 es el cierre de la obra, por englobar el planteamiento central del libro sobre la agroecología como alternativa para cerrar el ciclo de vida de la Revolución Verde, por llamarlo de algún modo, y transitar a otras formas de relacionamiento con nuestro entorno ecológico, ambiental y agrícola. El autor del capítulo, Thierry Linck, es justo a quien se rinde homenaje con la publicación de este libro. Reconocemos a este autor como el representante emblemático de estudios como los que se reúnen en este libro.

El autor nos explica histórica y teóricamente la génesis epistémica de una serie de categorías fundamentales que cruzan los distintos capítulos. En otras palabras, nos muestra el sine qua non de la agricultura: civilización humana y naturaleza. Esta afirmación cobra más sentido cuando el autor señala la agricultura marcada más por los agronegocios, como una paradoja que guarda la relación economía-biología-ecología.

Sin lugar a duda, es un capítulo nodal que requiere ser discutido y desmenuzado ya que a la luz del resto de capítulos plantea nuevas aristas y líneas de investigación, como justo lo apuntamos en esta reseña, por ejemplo: la agroecología como una respuesta a la crisis climática, entre otras. Por lo tanto, implicaría tal vez, otro proyecto de investigación, abarcando tal vez aspectos que se sugirieron profundizar como el de la cosmovisión de los actores en la región. Análisis y evaluación de la obra

Aunque el trabajo del libro se centra en esta región chiapaneca, es inevitable pensar en su proyección nacional, por lo que le toca a la política agropecuaria mexicana resolver cuestiones como: ¿cuántos graneros fueron declarados en el territorio mexicano y fueron marcados por una lógica agroalimentaria, extractivista y productivista, alterando los entornos naturales de las regiones donde se establecieron y que terminaron empobreciendo y contaminando la tierra? Por ello, el trabajo es doblemente valioso, ya que nos ayuda a comprender un problema de fondo a nivel estatal y nacional, en dos sentidos. Se puede citar el caso de la falta de datos claros y voluntad política del sector agrícola y alimentario mexicano, que parece dar palos de ciego al intentar cumplir, por ejemplo, con la Agenda 2030, sin cambiar modelos productivos enraizados en una trama de relaciones históricas, que implican a la gran industria alimentaria y de producción de agroquímicos. Esto indica una laguna en la atención del problema por parte del sector gubernamental, ya que tendría que promover verdaderos diálogos y procesos de consulta con actores locales y con el sector académico, justamente para perfilar posibles salidas.

La obra nos muestra la urgencia de realizar estudios pluri, inter y transdisciplinarios para romper el cerco del parcelamiento en el análisis de la realidad y, por lo tanto, en la atención de problemas sociales. Nos presenta también de manera contundente cómo la contaminación asociada al uso de agroquímicos y la dependencia económica de productores a esos insumos, está íntimamente relacionada con la seguridad alimentaria y la salud pública, así como con el combate al cambio climático que es el daño que como humanidad hemos provocado en la naturaleza, el medio ambiente y los seres vivientes que la habitan. Esta es una de tantas conclusiones a las que llegamos con la lectura de esta obra.

Al leer la obra podemos constatar que representa un trabajo bastante arduo de coordinación de saberes y proyectos de investigación que confluyen en esta publicación. Esto es claro por el perfil de las personas que escriben en cada capítulo, a veces en autoría, pero en la mayoría de los casos en coautoría, lo que le da un plus enorme al trabajo, ya que en esta modalidad se garantiza el diálogo interdisciplinar o por lo menos la confluencia pluridisciplinar. Esto, sin duda, por sí solo, representa un desafío. Como nos lo explican en la introducción González, Fletes y Nigh, el proyecto que dio como producto este libro, implicó ese diálogo de saberes disciplinares, institucionales y de vida, para dar como resultado este libro.

El trabajo integrado por 10 capítulos convoca a por lo menos 20 autores, entre hombres y mujeres, de por lo menos 5 instituciones académicas y centros de investigación, sobre todo de Chiapas. Algunas de estas personas, investigadoras hechas y derechas, otros estudiantes de posgrado que apenas inician su caminar.

La adscripción institucional de quienes escriben nos permite además saber que unos son agrónomos y agrónomas, otros historiadores, otros médicos zootecnistas, otros economistas o antropólogos. De igual forma, se distinguen estilos distintos de mostrar los resultados de investigación. En este sentido nos llamó mucho la atención el capítulo 3. Actores que facilitan la innovación en “La Frailesca chiapaneca: el caso de la Red de Estudios para el Desarrollo Rural, A.C.”, que tiene un formato más de informe, tal vez por ello en algunas partes parece redundante y a veces complejiza poco en los entramados sociales que posibilitan o imposibilitan la innovación para justamente enfrentar el daño producido por el uso excesivo de agroquímicos para lograr el productivismo planteado por la agroindustria global. Pero esto no demerita el valor de la obra, al contrario, con ello queremos mostrar cómo el libro incluye polifonía de voces, que ayudan a las personas neófitas en este tipo de investigaciones, a acercarnos a la región y con ello a una de tantas realidades de Chiapas. La obra tiene la ventaja de hacer accesible una gran cantidad de información que surge de esa polifonía, con lo cual el lector o lectora puede formular un juicio más equilibrado, por la cantidad de información vertida, porque se citan otras obras y autores que han escrito sobre la Frailesca, asimismo porque los datos presentados en el libro ayudan a actualizarnos en las nuevas configuraciones territoriales de la región.

También representa la oportunidad de escuchar -por la manera de citar los testimonios- o leer la palabra de campesinos, ganaderos, técnicos, comerciantes, comensales, clientes y comientes -como los autores del capítulo 9. lo señalan-; así como también las voces de profesionistas que ofrecen asesorías técnicas, o de quienes son emprendedores en la innovación productiva agroecológica -que antes trabajaron en el sector privado o en el gubernamental-; palabras de personas que buscan poner en el mercado sus productos sanos y cercanos, ya que son conocedores conscientes del problema de contaminación de la tierra que, a largo plazo y a la larga, pone en riesgo la subsistencia y la salud humana, vía la producción de palma camedor (chamaedora quetzalteca), y también la producción de frutos como el mango Ataulfo, el maíz, la carne de res y la de aves, por el uso de agroquímicos y alimentos de dudosa calidad.

Quienes leemos el libro podemos formular varias conclusiones, por ejemplo, lo que implica esa contaminación para la seguridad humana y para la crisis climática y el riesgo a la salud de las personas con el consecuente gasto público por tratamiento de cáncer o afecciones a las vías respiratorias.

El recuento histórico de la intervención pública en el agro en la región Frailesca por el que nos llevan los autores en esta obra muestra los destrozos como difícilmente irreversibles, pero a la vez como una arena de resistencia y, por tanto, de esperanza de quienes realizan proyectos de innovación productiva para revelar que sí es posible cambiar en beneficio de todos. En esta resistencia los actores locales promueven alternativas para la producción orgánica, concretamente la agroecología -que González, Fletes y Nigh señalan en la introducción del libro-. Su escalamiento solo será posible con la interlocución del sector público gubernamental.

De igual forma, en el libro se aborda la aparente paradoja y contradicción que en ese contexto tan complejo representan las Áreas Naturales Protegidas. Y postulamos que no hay tal paradoja y contradicción, más bien estas están en la lógica del mercado, porque justamente promueven el esquema de ganancia económica a partir de la imposición de un modelo de conservación que no pasa por un mecanismo de consulta y consentimiento previos, libres e informados -como se ha dicho para otros casos, como la mal llamada consulta del mal llamado Tren Maya (Cruz 2020 y 2022)-. Por tanto, la creación de Reservas de la Biósfera, Parque Nacionales y Áreas Naturales Protegidas, no es dialogal ni culturalmente adecuada. Esto explica en parte por qué tal modelo no combate las brechas estructurales de la desigualdad, que genera el modelo económico extractivista, base justamente del productivismo agroalimentario. Reflexiones finales

Para terminar, podemos decir que el libro es de lectura obligada para posgrados como el Doctorado en Estudios Regionales en sus 5 academias que se ofrece por la Universidad Autónoma de Chiapas. De hecho, recomendamos su lectura en un seminario sobre sustentabilidad al que nos invitó como panelistas un partido político, y que se realizó en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el 22 de mayo pasado. También lo dimos a leer a un alumno de pregrado de la Escuela de Gestión y Autodesarrollo Indígena que está realizando su investigación sobre la contaminación que provoca el uso de agroquímicos en la floricultura en Zinacantán.

Es de lectura obligada, por las razones expuestas en esta reseña, pero también porque el libro sugiere diversas líneas de investigación que estudiantes de posgrado, maestría y doctorado podrían desarrollar en sus proyectos de investigación. También es obligada su lectura para quienes diseñan la política pública en el sector y sus operadores en campo, con quienes los coordinadores y autores de este libro deben entablar un diálogo. Esto desde nuestra perspectiva sí es posible, porque lo hemos logrado con el poder judicial y operadores de la justicia para abrir el diálogo en materia de derechos lingüísticos de indígenas.

Y es obligado para el público en general, porque su lectura nos orilla a la toma de conciencia de que ¡somos lo que comemos! A partir de este sentido de realidad, podría ocurrir el cambio de nuestra manera de comprar, consumir y degustar nuestros alimentos. Y así tal vez, solo tal vez, podríamos contribuir para cambiar el mundo.

Citas

  1. Cruz Rueda E.. Ejercicio autonómico desde los sistemas normativos: protocolos de consulta previa, reglamentos y estatutos comunales indígenas. Editorial UNACH; 2022.
  2. Cruz Rueda E.. Estudios de casos en Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Honduras, México y Perú. Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas; 2020.
  3. González Cabañas A. A., Fletes Ocón H.B.. La Frailesca, “el granero de Chiapas”: destrozos y alternativas. Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur; 2023.