Mario Humberto Ruz

Universidad Nacional Autónoma de México

Diplôme des Etudes Approfondies en Sciences Sociales de la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS, París).

Doctorado en Etnología en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París.

Maestro en antropología social por la Universidad Iberoamericana.

Médico cirujano por la Facultad de Medicina de la UNAM.

Poseedor de una sólida preparación académica y con una trayectoria consolidada, tanto en la investigación humanística como en la formación de recursos humanos, reconocidas dentro y fuera de nuestra Institución y del país. Después de titularse en la Facultad de Medicina de la UNAM con el más alto promedio en sus estudios clínicos, decidió combinar la clínica y el bisturí con la perspectiva sociocultural; elección anclada en un añejo interés por el conocimiento de los pueblos indígenas. Esta motivación lo llevó a cursar la maestría en Antropología Social de la Universidad Iberoamericana al mismo tiempo que ingresó como becario, y después como investigador, al Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas. Completó sus estudios con un Diplomado en Ciencias Sociales y el doctorado en Etnología en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, donde se graduó con mención Très Honorable.

Sus estudios e investigaciones han estado dirigidos primordialmente a los pueblos mayas, por lo que se aplicó al trabajo de campo (en México y Guatemala) en busca de ahondar en el conocimiento de sus lenguas, organización social y tradiciones, a la vez que incursionó en la investigación documental en numerosos archivos nacionales y extranjeros con resultados significativos en la definición de un corpus sobre los mayas coloniales, tanto en su ámbito histórico como lingüístico.

Fruto de este interés en la perspectiva diacrónica, además de diversos capítulos de libros y artículos, son varios libros. Entre ellos tres volúmenes acerca de las lenguas habladas en Chiapas durante la colonia (lenguas mayances, zoque y chiapaneca), la edición de las Constituciones diocesanas del obispado de Chiapas, de Francisco Núñez de la Vega (en colaboración con María del Carmen León), diversos volúmenes acerca de la historia colonial de Tabasco y otros tres sobre el copioso legado en lengua tzeltal de fray Domingo de Ara. El análisis filológico que realizó de los vocabularios de este fraile para reconstruir la vida cotidiana en el poblado de Copanaguastla, uno de los tres más importantes de Chiapas en el siglo XVI, es considerado como un aporte metodológico de particular trascendencia, que ha sido utilizado por varios autores.

En el mismo campo del rescate de fuentes históricas coordina actualmente un ambicioso proyecto cofinanciado por la UNAM y el CONACYT que ofrecerá una edición crítica de las visitas pastorales llevadas a cabo por los prelados de Guatemala desde 1557 hasta 1917 y que ofrecerá en 24 volúmenes información de primera mano sobre demografía, lingüística, historia, religiosidad y vida cotidiana de los pueblos guatemaltecos y salvadoreños. Asimismo, junto con Teresa Rojas Rabiela, dirige la colección Historia de los pueblos indígenas de México, con 19 volúmenes publicados y 14 en preparación.
A raíz del levantamiento zapatista de 1994, y con el fin de explicar el hecho desde una perspectiva diacrónica, convocó junto con Juan P. Viqueira a un grupo de especialistas en historia y antropología chiapaneca pasada y reciente, para elaborar el libro Chiapas: los rumbos de otra historia (hoy en su 3ª edición). Por lo que toca a sus aportes en el campo de la etnología, son de señalar sus estudios sobre grupos mayances contemporáneos de México y de Guatemala, destacando por su novedad, cuantía y continuidad los dedicados a los tojolabales de Chiapas, que si para los inicios de la década de los ochenta podían considerarse como una de las etnias menos conocidas de México, a partir de sus trabajos (individuales o conjuntos con un grupo de antropólogos físicos, lingüistas, historiadores y arqueólogos que han dado como fruto ocho libros, además de varios artículos y capítulos de libros), se han sentado las bases para otorgar al pueblo tojolabal el sitio que le corresponde en la construcción de la realidad nacional.

En su obra, que ha merecido traducciones al francés, inglés, ruso e italiano (amén de sus contribuciones en tojolabal, que aprendió a lo largo de su trabajo de campo), ha procurado alcanzar una mayor profundidad histórica y extensión geográfica, buscando analizar periodos de larga duración y aprehender a los pueblos mayas en su conjunto y no como entidades aisladas. Por ello, resulta importante hacer hincapié en que los trabajos que ha realizado abrevan en dos fuentes: una acuciosa investigación en archivos y un contacto directo y convivencia con los grupos indígenas, que le han permitido aproximarse a sus costumbres, su pensamiento, su actitud ante el mundo y sus respuestas vitales. Abordando con humildad y asombro esas fuentes, es decir, con la mejor actitud cognoscitiva, ha logrado, tanto en sus trabajos históricos como etnológicos, presentar a los mayas desde adentro desde la raíz profunda de su ser.

Esta conjunción de las perspectivas históricas de larga duración con el afán comparativo propio de la etnología, aunada a su interés en aspectos en apariencia minúsculos de la vida cotidiana, ha marcado sus más recientes trabajos, en los cuales intenta acercarse a temas tan diversos como las actividades económicas secundarias, la evolución del atavío, las imágenes corporales, la percepción sensorial, la resistencia cotidiana, la religiosidad y la sexualidad entre los mayas. El fruto más reciente de tales afanes -y acaso aquel que da la visión más elaborada de esa conjunción de intereses y metodologías- surge de un amplio trabajo de archivo y de campo (con un grupo de alumnos) a lo largo del extenso mundo maya, tendiente a aproximarse a las creencias y actitudes ante la muerte, plasmadas en dos textos: Memorias de Xibalbá (épocas colonial y decimonónica) y Paisajes de Xibalbá (mayas actuales).

A la par de las labores de investigación ha cultivado la formación de estudiantes y profesores, impartiendo cursos en distintas instituciones de educación superior del país y el extranjero, ha dirigido numerosas tesis de doctorado, maestría y licenciatura tanto en An-tropología como en Historia, y varios de sus asesorados han obtenido distinciones nacionales de valía.
Director del Centro de Estudios Indígenas de la Universidad Autónoma de Chiapas, coordinador de Investigación y Docencia del CIESAS, miembro de la Maestría en Lingüística Indoamericana (INI-CIESAS), y consultor de la UNESCO para el área maya. Actualmente forma parte del Consejo Académico de la Maestría en Estudios Indoamericanos de la Universidad Complutense, del Consejo Asesor del Archivo General de la Nación, del Comité Dictaminador del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en el área de Humanidades y Ciencias de la Conducta, y es coordinador del Centro de Estudios Mayas de la UNAM.

Su labor académica le ha merecido ser distinguido con el nivel III del Sistema Nacional de Investigadores y el PRIDE D de la UNAM; el Premio "Francisco J. Clavijero” a la mejor investigación en Historia (INAH); la mención honorífica en el Primer Concurso Nacional de Investigación Regional (CONACULTA); el Premio Chiapas en Ciencias y el Premio en Investigación en Ciencias Sociales (Academia Mexicana de las Ciencias).